Por si el E3, que todavía está coleando, supo a poco, los aficionados a los videojuegos tienen otra gran cita del 17 al 21 de agosto en la ciudad alemana de Colonia. Se trata de Gamescom, un evento todavía recién nacido en el mundillo (la de este año es su tercera edición), pero que ya se perfila como uno de los encuentros más importantes a nivel europeo y mundial. Su ascenso en relevancia internacional se demuestra con las cifras que maneja: contará con 550 expositores, frente a los 505 que vimos en 2010, y la presencia de 40 países distintos, siete más que el pasado año. El recinto en que se celebra ocupa nada menos que 120.000 metros cuadrados; un enorme espacio por el que pulularán, entre otros muchos, nombres como Sega, Nintendo, Microsoft, Capcom o Sony. Todos ellos presentarán algún que otro anuncio, para deleite de la prensa especializada.
Para intentar fomentar la participación no sólo de los profesionales del videojuego sino también de los aficionados de todas las edades, la Gamescom cuenta con un día familiar, el domingo 21. Por 20 euros, familias de dos padres o tutores y hasta tres niños podrán entrar juntas y participar en diversas actividades, muchas de ellas preparadas por gabinetes pedagógicos. El objetivo es claro y sin duda muy loable: conseguir que los pequeños se interesen por el mundo de los videojuegos desde una perspectiva responsable, y que los padres destierren muchos de los prejuicios y mitos negativos que puedan tener sobre esta forma de entretenimiento. Una iniciativa de la que deberían tomar buena nota otros muchos países.
Durante el evento se premiará a diferentes aspectos de la industria mediante los Gamescom Awards 2011, y se celebrarán diferentes eventos al aire libre (música, concursos, etc.) en el Gamescom Camp.
