La dupla Tecmo Koei – Omega Force sigue explotando su franquicia Dynasty Warriors y los usuarios acompañan las nuevas entregas como si no hubiera pasado el tiempo entre el primer juego y este Dynasty Warriors 8 de la serie principal.
El juego es un hack’n slash tradicional en tres dimensiones que todos los años llega para contarnos una parte diferente de las clásicas novelas chinas de El romance de los tres reinos. En occidente la emoción por este tipo de juegos es mucho más reducida, pero en oriente es una de las sagas más populares del género.
Para quién no haya jugado nunca un Dynasty Warriors, la propuesta de control es sencilla: contamos con tres botones de acción y tenemos que hacer combos para derrotar a cientos de enemigos que nos atacan sin parar mientras intentamos avanzar hasta la zona donde hay un jefe final contra quién desplegaremos todas nuestras habilidades destructivas en batalla.
Hay golpes fuertes, golpes débiles y ataques especiales llamados Musou (Furia) y que si conectan correctamente se pueden hacer casi eternamente. Luego tenemos un amplio repertorio de personajes y generales chinos que representan diferentes fuerzas militares que desean hacerse con el control de una China fragmentada y totalmente en caos.
Si esta propuesta te parece interesante, entonces sigue leyendo porque Dynasty Warriors 8 acaba de salir para PS3 y Xbox 360 y es un juego impecable de acción y luchas para los que disfrutan repartir golpes sin demasiadas preguntas.
Los personajes podrán contar con diferentes tipos de armas que a su vez responden a un sistema similar al de Piedra, Papel o Tijera, con debilidades y fortalezas diferentes que iremos aprendiendo a medida que jugamos.
El trasfondo es la historia de los reinos en guerra que tratan de demostrar su poder y derecho divino para gobernar a los restantes, en uno de los momentos de mayor violencia en territorio chino que se haya registrado nunca. ¿Extrañas los juegos de avanzar y golpear todo a tu paso como en Double Dragon? Dynasty Warriors seguro te recuerda viejos momentos de gloria, pero con una ambientación épica de guerra medieval china.
