Los juegos de supervivencia muchas veces nos ofrecen una excusa para enfrentarnos a todo tipo de monstruos, mientras buscamos recursos para que nuestras barras de salud y energía no se reduzcan a cero. En el caso de Don’t Starve, la experiencia es aún más peligrosa. Nuestro personaje es el científico Wilson, un hombre que termina en un mundo de fantasía y peligros luego de un experimento fallido con una máquina extraña.
En el mundo de Don’t Starve, tendremos que procurarnos alimento para cuidar nuestra energía; remedios o inventos para cuidar nuestra salud; y situaciones de descanso y calma, para evitar que nuestra cordura se reduzca. ¿Y qué sucede cuando la cordura se reduce? Al igual que en el juego de Nintendo Game Cube Eternal Darkness, la reducción de nuestra cordura tiene efectos espeluznantes: la pantalla empieza a mostrar imágenes extrañas, los bordes se funden con el escenario, suenan ruidos extraños, y los peligros se vuelven aún más mortíferos a medida que pasa el tiempo.
El juego es muy difícil, Wilson tiene que crear diferentes inventos para poder enfrentarse a los peligros de la oscuridad, pero primero hay que encontrar los materiales para cada diseño. Mientras exploramos los bosques, lagos y edificios abandonados de Don’t Starve, quizás encontremos los restos de algún explorador. Pero si perdemos, entonces tendremos que empezar toda la partida de nuevo.
Cada vez que perdemos, obtenemos puntos de experiencia en base a los días que logramos sobrevivir. Estos puntos pueden usarse para desbloquear nuevos personajes, y cada uno de ellos tiene poderes especiales. Hay un personaje que puede comer comida en mal estado, otro que puede encender fuegos en cualquier momento, incluso hay un mimo con prestaciones muy bajas, que funciona como el modo difícil del juego. ¿Quieres intentar sobrevivir en el mundo de Don’t Starve?