Cada 29 de agosto se celebra el Día Mundial de los Videojuegos, una fecha clave para destacar los crecientes desafíos de seguridad en un sector en constante expansión. Los videojuegos han evolucionado de una afición de nicho a una forma de entretenimiento masivo que atrae a personas de todas las edades en España, siendo especialmente popular entre los jóvenes. Un estudio reciente de la Fundación Fad Juventud, publicado en 2023, revela que el 77% de los jóvenes de 15 a 29 años juegan regularmente a videojuegos, dedicando en promedio 3,7 horas diarias a esta actividad.
Esta expansión del sector ha cambiado el modelo de negocio, pasando de la compra de videojuegos en un solo pago a sistemas basados en microtransacciones y «cajas de botín». Estos cambios han suscitado preocupaciones en términos de ciberseguridad y impacto social. Según Josep Albors, director de investigación y concienciación de ESET España, «las cajas de botín se han convertido en un elemento controvertido, similar a los juegos de azar, que incentiva comportamientos adictivos y expone a los menores a riesgos financieros. La proliferación de dispositivos móviles ha amplificado estos problemas, especialmente durante la pandemia».
Además, la influencia de ciertos creadores de contenido, que promocionan plataformas de apuestas y se benefician de las pérdidas de sus seguidores, agrava la situación, normalizando comportamientos perjudiciales. El informe también destaca que los jóvenes destinan una parte significativa de su presupuesto mensual a la compra de videojuegos (28,1%) y a la actualización de dispositivos y accesorios (27,3%). Esto subraya la necesidad urgente de implementar medidas para asegurar un entorno digital más seguro y proteger a los usuarios, especialmente a los más jóvenes.
En un entorno donde la tecnología y el ocio se integran cada vez más, ESET, la compañía líder en ciberseguridad, advierte que es fundamental garantizar que los espacios de juego sean seguros y estén protegidos de posibles amenazas. Además, es imprescindible que los padres y tutores tomen un rol activo en la protección de los más jóvenes frente a estos riesgos.
Para prevenir potenciales riesgos y garantizar la seguridad digital, ESET ofrece una serie de consejos y medidas concretas que se pueden tomar para guiar y apoyar a los jóvenes en este contexto:
- Configurar controles parentales y establecer límites de gasto: Es fundamental ajustar las configuraciones en los dispositivos para limitar el acceso de los menores a microtransacciones y contenido inapropiado, asegurando un entorno de juego más seguro.
- Fomentar la educación sobre los riesgos de las “cajas de botín” y el juego online: Explicar a los más jóvenes cómo estas prácticas pueden llevar a la adicción y al endeudamiento, promoviendo un consumo responsable.
- Proteger las cuentas de juego con contraseñas seguras y autenticación en dos pasos: La seguridad de las cuentas es crucial para evitar accesos no autorizados, lo que garantiza que los datos personales y financieros estén protegidos.
- Monitorizar el contenido promovido por influencers: Supervisar la exposición de los jóvenes a plataformas de apuestas y conductas dañinas, ayudando a reducir el impacto negativo de ciertas tendencias en línea.
- Mantener un diálogo constante sobre sus actividades en línea: Conversar sobre los juegos que les interesan y cómo interactúan en línea ayuda a identificar posibles riesgos y a fortalecer la confianza entre padres e hijos.
- Informar sobre la ludopatía y sus consecuencias: Es importante que comprendan qué es la ludopatía, cómo puede afectar su vida y por qué es esencial evitar comportamientos adictivos.
- Analizar juntos la publicidad relacionada con apuestas: Compartir un análisis crítico de la publicidad sobre juegos de azar y apuestas permite que los jóvenes tomen decisiones más informadas y desarrollen buenos hábitos de consumo.
- Fomentar actividades recreativas fuera del ámbito digital: Promover la participación en actividades que no involucren dispositivos móviles equilibra su tiempo de ocio y reduce la dependencia tecnológica.
- Dar ejemplo con un uso equilibrado de la tecnología: Los adultos deben mostrar un comportamiento responsable en el uso de dispositivos, estableciendo un modelo positivo para los más jóvenes en cuanto a hábitos digitales saludables.