Desde la aparición, en los primeros meses del año, del tráiler del juego Dead Island, el hype ha ido creciendo considerablemente entre los aficionados. El juego, desarrollado por Techland (también responsables de Call of Juarez) se encuentra por fin a la venta desde ayer para Xbox 360, Play Station 3 y PC, y a juzgar por su primera acogida su éxito está más que asegurado.
Historias de zombies hay muchas, cada vez más; se trata de una temática/género que ha saltado a primera línea y se ha convertido en la estrella de libros, películas, series, cómics… y, por supuesto, videojuegos. Lejos quedan ya los tiempos del primer Resident Evil, que puso una de las primeras piedras para la creación del survival horror. Hoy, tenemos zombies más inteligentes, mortíferos o rápidos, y los juegos en los que nos enfrentamos a ellos van desde el shooter hasta la aventura gráfica.
¿Cómo innovar, por tanto, en un juego de esta clase? Sin duda, intentando conseguir la experiencia más inquietante o terrorífica posible. El control de juego de Dead Island, que se mueve entre el género de acción y el de rol, no es especialmente novedoso: debemos elegir entre cuatro personajes con diferentes habilidades (el ex-futbolista Logan, el rapero Sam B, la detective Purna o la antigua policía Xian) y recorrer una isla infestada de zombies hasta conseguir escapar de ella. La principal novedad es que el número de armas con las que contamos es mucho menor de lo acostumbrado. Se acabaron las municiones infinitas o las escopetas tiradas en cualquier rincón: ahora, debemos economizar nuestras reservas y, sobre todo, enfrentarnos en muchas ocasiones cuerpo a cuerpo, con armas contundentes como pueden ser los bates de béisbol; la proximidad con el zombie, sintiendo casi su aliento en nuestra cara, resulta desde luego mucho más aterradora.
Los elementos propios del RPG, como la subida de niveles, el aumento progresivo de las habilidades, el cansancio, etc., dan al juego un toque más allá del simple “avanzar y destruir”. Nuestra libertad para transitar la isla será total, al más puro estilo sandbox, pudiendo realizar las misiones en distinto orden y personalizar nuestro recorrido. Todo ello hacen un total de más de veinte horas de juego, en un título que cumplirá las expectativas de los amantes de la hemoglobina.