Final Fantasy IV es uno de los juegos emblemáticos de la franquicia de RPGs más famosa de Square Enix en occidente. Fue un punto de inflexión porque fue uno de los primeros juegos que le otorgaban personalidad y diferentes motivaciones a los personajes, a diferencia de las tres entegas anteriores que estaban centradas más en el viaje de los héroes para salvar al mundo.
En el juego de Super Nintendo de 1991 ya podemos encontrar casi todos los elementos que son indiscutibles de un Final Fantasy actual: batallas por turnos, personajes con distintas personalidades, ataques especiales y equipamientos, mundos amplios y con realidades políticas muy variadas y una trama con giros inesperados, traiciones y muchos diálogos donde se apoya la mayor parte del peso de la historia. El juego fue tan exitoso y emblemático que luego tuvo muchas versiones adicionales: en PlayStation, PSP, WonderSwan, Game Boy Advance, Nintendo DS, consola virtual Wii y teléfonos móviles. Incluso vería una secuela en 2008, FF IV: The After Years.
El protagonista principal es Cecil, un caballero negro del reino de Baron que empieza a cuestionarse los motivos detrás de la búsqueda de los cristales de poder que su rey le ha encomendado. A partir de sus críticas Cecil es enviado a una extraña misión en la aldea de la Niebla y a partir de ese momento comenzará una viaje para descubrir su verdadera identidad y los verdaderos motivos detrás de los cristales elementales que mantienen el equilibrio del mundo.
A lo largo de su aventura Cecil conocerá y vivirá todo tipo de peligros acompañado por el caballero dragón Kain, la maga Rosa, los jóvenes hechiros Palom y Porom y un gran número de otros personajes. La lucha final por el destino de la Tierra en la Luna es solo uno de los momentos heroicos de un juego que pese a sus gráficos de antaño sigue siendo un lujo en SNES, pero para los que quieran una versión más renovada en Nintendo DS se opto por gráficos poligonales.
