Analizando las grandes joyas y juegos olvidados de los salones arcade, nos encontramos con Gain Ground, uno de los tantos títulos de origen japonés que corría bajo la placa System 24. Muchos no conocen este juego, algunos lo recuerdan por su pobre adaptación para Sega Genesis, pero lo cierto es que se trata de una aventura extraña, innovadora en algunos aspectos, pero muy simplista en otros.
La trama, bastante escueta y apenas introducida por unas líneas de texto, cuenta sobre el futuro de la humanidad. Habiendo alcanzado la paz mundial, los humanos empiezan a temer la posibilidad de perder su instinto de lucha y supervivencia, por eso crean una computadora especial que sirve como un simulador de la guerra a través de las diferentes etapas de la historia de la humanidad.
La jugabilidad es lo que le ha permitido a Gain Ground sobrevivir al paso del tiempo. Cada nivel es una única pantalla, cargada de enemigos y obstáculos que tendremos que sortear. Al principio contamos con tres personajes y sus diferentes habilidades, para ganar tenemos que eliminar a todos los enemigos, o llegar al otro extremo de la pantalla, donde dice EXIT.
A diferencia de otros juegos con vista isométrica y decenas de enemigos, en Gain Ground tendremos que estudiar detenidamente los patrones de ataque y posición de nuestros enemigos, es la única forma de sobrevivir. Nuestros personajes se mueven de forma lenta, y a diferencia de otros shooters, no se trata de ir derecho hacia el enemigo y disparar, el objetivo es sobrevivir.
Pese a que su jugabilidad es interesante, Gain Ground es muy difícil de jugar a causa de su banda sonora. Monótona y repetida hasta el hartazgo, tampoco cuenta con buenos efectos de sonido, la mejor forma de jugar es vía emulador, y con música de fondo. Tampoco es que los personajes digan algo interesante.
