La realidad virtual entendida como en las viejas películas de ciencia ficción, donde los personajes se ponen un casco especial y pasan a formar parte del mundo del videojuego, tuvo uno de sus mejores exponentes en Virtual Boy. Se trata un extraño aparato diseñado en 1995, y que todavía no se sabe si era una consola portátil, o de sobremesa, o ambas.
En realidad, más que realidad virtual, tenían algunos elementos de perspectiva que podrían asemejarse a los de la Nintendo 3DS, pero fue demasiado innovadora para la época y por eso cayó en el olvido como uno de los grandes fracasos del gurú Gunpey Yokoi.
Para conseguir el efecto estereoscópico había que acercar demasiado la vista al artefacto, algo que no era positivo, ni para los más pequeños y su visión, ni para la espalda de la gente. La consola prometía demasiado, y defraudó desde el minuto 1.
Solamente se vendieron 770.000 unidades, y la producción estuvo limitada a Japón y Estados Unidos. Menos de un año de vida, desde el lanzamiento el 21 de julio de 1995 hasta el último juego que apareció el 22 de marzo de 1996. La consola solo tuvo 22 juegos, y muchos de ellos son totalmente desconocidos en occidente.
Estaba el Mario Clash, una suerte de actualización de Mario Bros; Mario’s Tennis (el primero de una gran franquicia que sería posteriormente explotada hasta el hartazgo) y Virtual Boy Wario Land, que exploraba el género de plataformas con este personaje que oficia como antagonista de todo lo que Mario representa.
La consola Virtual Boy tuvo poco éxito, al punto de cancelarse proyectos como Golden Eye (que luego saldría en Nintendo 64) y Virtual Boy Star Fox. Hoy en día pensar en Virtual Boy es remontarse a una de las épocas más tristes de Nintendo, pero de todo se aprende.