El nuevo juego franquicia de la saga Total War se ha ambientando en las guerras del siglo XVIII cuya principal novedad serán las batallas navales. Por todo lo demás, la estructura del juego será parecida a la de títulos anteriores. Tendremos como dos mapas, un mapa estratégico y otro donde controlarás todo lo relacionado con aspectos militares. La diplomacia y el comercio son los aspectos donde más se ha profundizado.
En cuanto a la parte del juego con más «carnaza», ha evolucionado el arte de la guerra incorporando artillería con armas de fuego y movimientos de formación más avanzados. El siglo XVIII es un período de mucha revolución, muchas batallas pero a la vez apasionante. Convivían los sistemas de guerra más modernos con otros más tradicionales, como la caballería, obligándote a pensar rápido y cambiar de estrategia constantemente.
El apartado visual es fascinante como nos tiene acostumbrados. Los escenarios son enormes y las posibilidades infinitas, los soldados son réplicas exactas de la época. La genialidad de este título ha sido la incorporación de las batallas navales que funcionan de la misma manera que las terrestres. Es impresionante contemplar como se va destruyendo el barco dependiendo de la zona donde halla recibido los disparos gracias a altísimo nivel de detalle, tan alto, que según alejamos la cámara o la acerquemos podremos ver hasta la tripulación del barco haciendo sus menesteres.
En cuanto a la física del juego es hiperrealista, el detalle del agua es todo un logro. Cada barca poseerá distintos puntos de flotación que variará su comportamiento, velocidad, disparo… Además, se debe de tener en cuenta el viento, munición, velas… La acción será tan intensa que no tendremos tiempo ni para respirar.
El título puede llegar a ser considerado como «obra maestra» por la ambientación de la época, hechos históricos, banda sonora, gráficos y jugabilidad. Su potencial es enorme y su rejugabilidad inagotable. Por cierto, el 2 de Marzo de este mismo año saldrá a la venta.
Via: revistadevideojuegos